¿Cómo influyeron el cine clásico, la literatura y la pintura en tu decisión de dedicarte a la fotografía?
Lo primero que quiero decir es que, para mí, hacer fotografía no fue una decisión, es algo que uno lleva dentro, más bien una necesidad inconsciente, sencillamente comencé a hacerlo. Tendría unos 13 años. Aún conservo todos los álbumes.
En cuanto a las influencias, pues cuando uno es un niño es como una esponja, además, yo era hiperactiva e inquieta. En mi casa se veía mucho cine. Mi padre es un apasionado así que compartimos esa debilidad por el cine. Todos los días, al salir del colegio, veíamos una película de cine clásico y los fines de semana 2 o 3. Y ahí comenzó todo. Podía vivir todas las vidas de los protagonistas y tenía la capacidad de verlo desde dentro y desde fuera, como si fuera el director sentada en esa silla y diciendo: “Corten!”
La pintura llegó un poco más tarde a mi vida. Fue con el Impresionismo y todo lo que hubo después de él. La fotografía no sería nada sin la pintura y sus composiciones.
La literatura era casi como el cine para mí. En mi casa, como en casi todos los hogares en aquella época, había una colección de clásicos, RTV, que me devoré.
Actualmente, tanto el cine como la pintura siguen siendo imprescindibles en mi día a día. Ahora estoy disfrutando de la obra de pintores y fotógrafos americanos del siglo XX. Aprendiendo de ellos.
Tu fotografía a menudo captura la soledad y la intimidad de momentos cotidianos. ¿Qué te atrae de estos temas y cómo los abordas en tus composiciones?
Es cierto que en mi fotografía hay un denominador común y que es algo recurrente, la soledad del ser humano y la intimidad, siempre dentro de un escenario cotidiano. En ello no hay nada premeditado, es más algo intuitivo. Para mí la fotografía es una proyección de mis emociones así que solo me dejo llevar.
Has expresado el deseo de "fotografiar el pensamiento". ¿Cómo intentas plasmar conceptos abstractos o emociones internas en imágenes visuales?
La idea de poder fotografiar el pensamiento es algo simbólico, casi romántico.
No hay una decisión de salir a hacer fotos de determinadas situaciones o personas y mucho menos conceptos abstractos. Cuando fotografío a alguien sólo, en una determinada situación de intimidad, ya estoy fotografiando lo que le pasa por la cabeza en ese momento, aunque no sepa de qué se trata.
El pasado año volvieron a seleccionarte para participar en la exposición principal en el segundo Festival Internacional de Fotografía de Calle de Mexico. Qué significó para ti esta experiencia y cómo ha influido en tu desarrollo artístico?
Haber participado por segundo año consecutivo en el
Festival Internacional de Fotografía de Calle de México, ha sido una sorpresa y una gran alegría. En la primera edición formé parte de la exposición colectiva, “Through Her Eyes”, un acercamiento a la fotografía de calle a través de la mirada de 16 mujeres fotógrafas de todo el mundo. En 2024, para mi sorpresa, volvieron a contar conmigo para participar en la exposición principal del Festival en el Museo Nacional de Querétaro junto con otros 29 fotógrafos internacionales, 3 españoles entre los que me encontraba yo. Ha sido un orgullo.
Me ha influido en el sentido de mejorar, de no dejar de hacer fotografía, de superarme.
En tu serie "Lenguajes intercambiables", presentas escenas urbanas luminosas y diurnas. ¿Qué buscabas transmitir con esta colección y cómo seleccionaste los escenarios y personajes retratados?
La exposición de “Lenguajes Intercambiables” surgió a raíz de una propuesta de Pablo Martínez, de
Galería Espacio E, para Espacio Factor en San Feliz de Torio. Sabíamos que serían unas 34 fotografías. La propuesta fue con sólo tres meses de antelación y las fotografías ya estaban hechas. Algunas ya tenían tiempo pero nadie las había visto.
Pablo pensó que sería buena idea que se mostraran las imágenes formando dípticos. Me pareció buena idea y me puse a relacionarlas. Encontrar imágenes que, de alguna forma, tuvieran una conexión simbólica independientemente del tiempo y del espacio, no fue tarea fácil. Disfruté del reto. Asocié la fotografía del Telón Rojo a la serie de culto “Twin Peaks” de David Lynch y al surrealismo. La incertidumbre de lo que hay detrás de un telón nos lleva a fantasear con lo que no vemos, pero sí con lo que imaginamos.
Has recibido varios premios y reconocimientos en los últimos años como por ejemplo, haber sido seleccionada para formar parte de la exposición en la X Edición Obra Abierta, Premio Internacional de Artes Visuales 2024. ¿Cómo impactan estos premios en tu carrera y en tu motivación para seguir creando?
Sin duda alguna, recibir algún premio o mención y, como consecuencia, te seleccionen para formar parte de una exposición de obras, es una gran motivación. Hace unos meses me seleccionaron una fotografía en la X edición de Obra Abierta 2024,
Premio Internacional de Artes Visuales de Caja Extremadura. A este Premio se presentan muchos artistas de todo el mundo, de todas las disciplinas y es una competición muy difícil para la fotografía teniendo en cuenta que no está considerada como se merece. Así que, poder formar parte de la exposición itinerante junto con escultores, pintores y artistas de arte digital, es un orgullo. El mejor premio que, al menos yo, podría obtener.
Desde el punto de vista profesional no tiene ninguna repercusión, ni siquiera visualización, creo yo, en cambio, sí en la motivación personal que considero lo más importante.
¿Qué proyectos futuros tienes en mente y qué nuevos temas o técnicas te gustaría explorar en tu trabajo fotográfico?
Proyectos siempre tengo, al menos en mis cuadernos, otra cosa es que vean la luz. No siempre es factible.
El que sí ha visto la luz el pasado mes de diciembre es, “Retrato Íntimo de un Verano". Un proyecto que tiene ya 3 años y que con él pretendo que nuestros recuerdos permanezcan a través del tiempo, que no se los lleve el olvido.
Actualmente, se encuentra en el showroom de Planta Baja Interiorismo, Estudio de Arquitectura y diseño de interiores. Más adelante, me gustaría poder mostrarlo en una sala abierta a todo el público que quiera visitarlo.
Para mediados de este año, tengo un proyecto que espero que se lleve a cabo. A ver cómo sale.
En cuanto a las técnicas, no cierro la puerta a ninguna, eso sí, tengo que sentirme cómoda con ellas. No tengo prejuicios y soy de mente abierta.
El año pasado colaboré en un proyecto para el Hospital de León sobre enfermedades mentales. La técnica que debía usar era la IA, tan de moda actualmente. La verdad es que disfruté mucho, me divertí y no descarto en algún momento volver a utilizarla aunque no está en mi planteamiento actual.
Lo que sí me apetece es experimentar con diferentes modos de producción y técnicas para mostrar mi trabajo. Ya tengo algunas ideas que espero poder probarlas a corto plazo.
El caso es, no perder nunca la ilusión ni la motivación, disfrutar mucho y ser fiel a mis ideales.