¿Cómo nació la idea de crear La Cabaña?
Como madre nació de la necesidad de un espacio donde los más chiquitines pudieran expresarse y crear sin condiciones. Mi hija mayor es un torrente de creatividad e imaginación, y no quiero que ese torrente acabe seco. Academias de dibujo y pintura hay muchas, pero donde ellos puedan crear sin unas pautas académicas no tantas. Y en los colegios de momento la línea académica sigue siendo muy tradicional y cada vez se le da menos importancia a las enseñanzas artísticas.
Como artista sentí que faltaban espacios donde tanto artistas locales como emergentes tuvieran la ocasión de exponer sin grandes requisitos que les impidieran ejecutar sus primeras exposiciones y mostrar su trabajo.
Una vez creada la primera idea, todo lo demás fue surgiendo junto a mi diseñador de marca.
¿Qué hace de La Cabaña un lugar único para quienes buscan desarrollar su creatividad?
Realmente la Creatividad se puede (y se debe) desarrollar en cualquier lugar y cualquier momento es bueno para hacerlo, cuando hablamos de creatividad no nos debemos ceñir sólo al ámbito del Arte. Pero es cierto que cuando te encuentras en un espacio donde sabes que hagas lo que hagas no serás juzgado e incluso tus ideas por locas o fuera de lugar que puedan parecer serán valoradas y tenidas en cuenta, es más sencillo dejarse llevar. La Cabaña es un espacio acogedor donde puedes explorar, probar cosas nuevas y crear libremente sin juicios. En el proceso saldrán cosas que nos gusten más o menos, pero todo es enriquecedor y forma parte del crecimiento personal de cada persona.
¿Para quién son las clases y talleres? ¿ De qué edades?
Para todo aquel que desee pasar un rato agradable, desconectar de la rutina y aprender cosas nuevas o desempolvar su lado creativo. No hay edades, tenemos clases a partir de 3 años, pero los talleres los hay desde 0 años, porque es conveniente que desde bien temprano se les deje actuar de forma libre y que puedan disfrutar de su creatividad sin ser condicionados.
¿Cómo estructuras las clases para que sean atractivas tanto para niños como para adultos?
Para los niños y las niñas procuro buscar actividades que tengan un punto lúdico y divertido, buscando temáticas acordes con días especiales, estaciones del año, festividades, artistas destacados de la Historia del Arte... No siempre están cómodos con las actividades porque a algunos no les gusta mancharse, a otros no les gusta usar pegamento, etc. Pero salir de la zona de confort forma parte del proceso.
Todas las clases van acompañadas de música. En función de las necesidades de cada actividad acompaño el proceso creativo con una música u otra, y aunque ellos no son conscientes, les influye.
Los adultos suelen venir más en busca de lo tradicional: aprender acuarela, acabar un óleo, aprender a hacer retratos... yo les enseño encantada porque ellos ya vienen de un condicionamiento creativo de años y es difícil desconfigurarlos, pero procuro enseñarles ejercicios para que abran la mente a la improvisación y se salgan de las normas para no sentir la obligación de que esa cara que van a dibujar tenga que ser igual que en la foto que están copiando. Una cara es una cara de muchas maneras, no sólo cumpliendo los cánones académicos, y puede resultar más divertido improvisar y crear cosas diferentes.
Además de talleres, organizas exposiciones, charlas y encuentros. ¿Qué impacto esperas que tenga La Cabaña en la escena cultural de León?
Me gustaría mucho que La Cabaña llegue a ser un referente en León y que tanto las personas que desean pasar un rato agradable como los artistas que tengan algún proyecto o idea que exponer piensen en nuestro Refugio como primera opción para llevarlo a cabo. Estamos muy comprometidos con la cultura y nos encanta tener todo tipo de intervenciones. Ya hemos tenido Microteatro, Danza, Exposiciones, presentaciones de libros... y nos encantaría seguir sumando y seguir creciendo.
¿Qué le dirías a alguien que quiere dar el paso y empezar en el arte pero no se siente lo suficientemente bueno?
Cuando estás empezando siempre tienes dudas de tí mismo porque constantemente (y de forma inconsciente) te comparas con artistas que ya tienen un reconocimiento en el mundo del arte, y es muy fácil sentirse insuficiente, es ese síndrome del impostor del que tanto se habla ahora. Mi consejo es trabajar en lo que te hace feliz a ti, sin comparaciones. Tienes que hacer lo que te gusta y lo que te llena sin pensar si eso te generará ganancias o éxito. Eso acaba llegando cuando trabajas con amor por tu trabajo y con pasión. Cuando trabajas siguiendo líneas ajenas te acabas aburriendo, cansado por esforzarte en algo que no es tu esencia, y eso acaba pasando factura.
Por último, ¿qué significa para ti haber hecho realidad este proyecto?
Haber llegado hasta aquí ha sido todo un reto y mantenerlo vivo es un reto diario, ya que las mujeres lo tenemos un pelín más complicado y en especial cuando tenemos que conciliar con la maternidad. Esto es un sueño que disfruto cada día al cruzar la puerta de La Cabaña: es mi hogar, mi Refugio, y deseo que así lo sienta cada persona que cruza la puerta, tenga la edad que tenga. Este proyecto es una victoria, pero deseo que siga creciendo, este sólo es el comienzo, es el nacimiento de La Cabaña.
